Una de las pocas cosas que me enorgullecen de Uruguay en este momento es que tengamos al artista Carlos Páez Vilaró, creador de numerosas y ...

UN PASEÍTO POR CASAPUEBLO

Una de las pocas cosas que me enorgullecen de Uruguay en este momento es que tengamos al artista Carlos Páez Vilaró, creador de numerosas y maravillosas obras de arte pictóricas e incluso arquitectónicas. Con esto último me refiero a Casapueblo, que se ha convertido en un punto de visita obligado para cualquier turista que pase por Uruguay.

Hacía mucho tiempo que yo quería ver Casapueblo en persona. Por lo tanto, me apunté a una excursión a la primera oportunidad.

Llegamos ahí después de un viaje en autobús no demasiado largo pero sí algo fastidioso, porque mi compañera de asiento era una señora que no paraba de hablarme tonterías como si me conociera de toda la vida (es lo malo de viajar en autobús o en avión; puede tocarte un compañero pasable, pero si te toca uno malo, tienes que aguantarlo durante HORAS sin poner mala cara).

Ésta es una foto de la entrada de Casapueblo:


Sí, hay que pagar para entrar, pero no cuesta mucho :-)

A medida que recorría el lugar (la compañera de asiento del autobús se me había pegado como una lapa, menudo incordio), me dediqué a sacar fotos en un estado de fascinación arquitectónica como no había sentido desde mi visita al Museo del Prado o al Palacio Real de Madrid. Aquí van algunas...






Precioso, ¿eh? Si algún día me vuelvo millonaria (por algún golpe de suerte cósmico, quizás), me haré una casa igualita a ésta.

En fin, había más muestras de arte por los rincones del edificio, como esto:



(Por cierto, menudas tetas la sirena ¿no? Si no fuera una sirena, pensaría que son implantes de silicona.)

En las paredes había unos cuantos cuadros del artista, algunos relacionados a la cultura africana y el candombe (Carlos Páez Vilaró viajó a África), otros similares a éstos:



¡Ahí me di cuenta de que a Carlos Páez Vilaró le gustan los gatos, igual que a mí! ¡¡Otro motivo para sentir aprecio por él!! (Y si me fío de los otros cuadros, quizás también le guste Madonna, aunque en realidad yo paso de Madonna.)

Por supuesto, también había una tienda de recuerdos...


No veo las firmas, pero imagino que los mandalas son obra de la hija del artista, cuyo nombre es Agó Páez Vilaró. Es una mujer tan talentosa como su padre, y a quien también admiro muchísimo.

En fin, después de esta inolvidable visita a Casapueblo nos fuimos a hacer un recorrido por Punta del Este, una zona de la costa uruguaya mundialmente reconocida por sus hermosas playas y los dedos que salen de la arena. A los argentinos les encanta, y a nosotros nos encanta que vengan los argentinos porque gastan un montón de dinero :-)

El hotel más famoso de Punta del Este es el Conrad, que además tiene un casino.


Dentro del hotel encontré una obra más de Carlos Páez Vilaró: un precioso mural que ocupaba toda una pared.



Si algún día estoy aburrida, tal vez me ponga a pintar algo así en mi casa. Queda genial :-D

Por cierto, una vez dentro del Conrad me metí a una tienda de joyas Tiffany para averiguar por qué es tan famosa. Ahí una de las empleadas tuvo la cortesía de mostrarme una hermosa pulsera de diamantes y platino que brillaba como las estrellas y costaba... 23.000 dólares. (Casi me desmayo. Aunque debo admitir que la pulsera era divina.)

Para terminar este artículo turístico, aquí les va una foto de algo que vimos en la costa: unos lobos marinos descansando en un área de pesca.


Al parecer, cuando los lobos marinos están muy viejos, van a descansar cerca de la gente en lugar de quedarse en su isla, y ahí aprovechan los residuos de la pesca. A los pescadores no los hace muy felices que digamos, pero bueno, a los pescadores no les agrada nada que compita con su área de trabajo. (Sorry, pescadores, las demás especies también tienen derecho a vivir.)

Es lindo haber cumplido con uno más de mis objetivos turísticos :-) Y ustedes, ya saben a dónde ir si alguna vez vienen a Uruguay.

G. E.

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